El Imaginero

ESPACIO-DIFUSIÓN

10.24.2005

AUSENCIA


Hay una calle que aún no he visitado en esta ciudad. Dicen que por ahí transitan prostitutas que llevan flores en los cabellos y grandes aros de metal en la vulva. Los hombres las buscan pero ellas los alejan con fétidos olores que emanan de sus glúteos. Nunca están dispuestas al mejor postor, pero llevan nombres de sementales en las frentes y ansias por fornicar. Las encontré fuera del Palacio Gubernamental buscando lo que no van a encontrar, caminado por donde fui alguna vez y recordando lo que no hicimos. Les pregunté qué es la mierda y me respondieron con besos. Me dieron de beber vino malbec y terminamos durmiendo en el hall del Club Nacional. Desde ahí tengo pesadillas eróticas regresivas y ese amargo en los labios que no quitará tu ausencia.

DESEOS


No pretendo alterar tus sentidos con mis canciones de pederasta católico, ni tampoco enseñarte el flácido pene que escondo bajo la sotana de acólito. El efecto del vino y la hostia, pueden hacerme encontrar la razón y llevarme a bailar en el púlpito ceremonial.
He tenido duendes limpiando el atrio y pequeños diablillos que cambiaban los focos de la parroquia desinteresadamente. También bailé con María madre en el centro del altar mientras la serpiente interpretaba arias testimoniales, pero dejamos de hacerlo cuando la hoja de afeitar cortó su mejilla y el rastrero huyó despavorido. También oré por ellos bajo las sábanas celestes del padre, con una linterna catalítica y un cáliz rebalsando de lágrimas. Hoy también estuve recogiendo deseos con San Martín de Porras y los colocamos en un sobre dirigido a Changó, posiblemente los conceda con su velita negra.